Terror Absoluto
Hace poco termine de ver las 8(!) pelĂculas que componen la saga de Hellraiser. Para aquellos que el nombre no les suena, son esas pelĂculas de terror gringas en que el malo es un tipo pelado con mechas de clavos (suena paradĂłjico, pero asĂ es), quien tortura a la gente que tiene la mala suerte de invocarlo a travĂ©s un cubo Rubik del infierno.
La saga se iniciĂł en los 80s, asĂ que es de culto. Nunca habĂa podido encontrar las primeras pelĂculas, luego que los VeHacheSes se extinguieran junto a los videoclubs del barrio. Igual, la primera no es tan terrorĂfica como me habĂan comentado y los efectos especiales dan lastima. El malo igual la llevaba pero fue guateando de entrega en entrega hasta que en la pelĂcula 8 solo sale como villano invitado y ahĂ uno capta que la serie cayĂł tan bajo que el pelado hasta podrĂa salir en un crossover con Freddy y Jason.
¿En que minuto le perdĂ el miedo a las pelĂculas de miedo?. La verdad no lo se. De chico este genero del cine me causaba pesadillas (la primera vez que vi Drácula no pude dormir) y lo evitaba a toda costa. Con los libros me iba peor, un primo tenia una colecciĂłn del terror y como libro-adicto que soy, me los leĂ completos a pesar de que despuĂ©s andaba saltĂłn y sudoroso (esta experiencia creĂł mi desconfianza hacia los gomeros despuĂ©s que leĂ una historia de como las plantas planeaban una rebeliĂłn contra la humanidad)
Luego siguieron los clásicos de la casa Hammer, con sus mansiones embrujadas y vampiros British. De aquà dà un salto al cine oriental de terror, cuando todo el mundo se puso a hablar del Aro (japones o gringo). Por lo novedoso del producto, en un principio convence pero luego aburre. La ultima decepción fue con The Host, que es, simplemente, estúpida.
Tal vez la respuesta a mi indiferencia radica en las experiencias que he ido acumulando a lo largo de la vida. Hay situaciones que todavĂa me provocan pesadillas. Afortunadamente, ya son menos frecuentes, pero si un cuento me dio aversiĂłn a los gomeros, la vida me ha provocado detestar los uniformes.
Y sin embargo, uso corbata.
Maldito dinero.
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